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PADRE CACHO
Rubén Isidro Alonso, conocido como Padre Cacho (Montevideo, 15 de mayo de 1929 - Ib., 4 de setiembre de 1992), fue un sacerdote católico que en 1978 decidió ir a vivir a un cantegril. Desarrolló una obra empeñada en obtener vida y vivienda digna, así como trabajo estable para los clasificadores de desechos que allí viven. Recordado como "el cura de los cantegriles".
Nació en el barrio Villa Dolores de Montevideo; fue el tercero de seis hermanos. Ingresó a los doce años al Seminario Salesiano de Manga; más tarde vivió en Argentina, donde cursó sus estudios de teología y en 1959 fue ordenado sacerdote, dentro de la congregación salesiana.
Siempre se orientó a los jóvenes y los pobres ejerciendo su sacerdocio en Rivera, Paysandú y Montevideo. En la Diócesis de Salto fue el primer asesor de la pastoral juvenil. No obstante, fue en el departamento de Rivera donde realizó su primera experiencia de presencia en los barrios, en la periferia de la capital del mismo nombre, limítrofe con Brasil, en una pequeña comunidad con otros dos salesianos.
No encontrando eco en su congregación para continuar esa vida de inserción entre los pobres, a partir de una invitación del arzobispo de Montevideo Carlos Parteli, en 1978 aceptó trasladarse a Montevideo e instalarse en la Parroquia de los Sagrados Corazones, en la zona de Aparicio Saravia, una de las más carenciadas de la ciudad. Trabajó en comunión íntima con los vecinos de esos barrios, al punto que, al final de ese año, decide mudarse a un rancho de lata y madera en el barrio Plácido Ellauri, similar a los de la mayoría de sus pobladores. Trabajó en la organización de hogares de acogida y cooperativas de vivienda, además de participar en las movilizaciones por la dignidad del trabajo de los clasificadores de residuos. La Cooperativa de Vivienda para Jóvenes y el Movimiento pro Vida Decorosa son concreciones de esa época.
Pronto la obra trascendería su barrio para ayudar a organizar comunidades en La Palmera, Santa María, Juan Acosta, 2 de febrero, Mausa, San Isidro y San Vicente, entre otros.
Víctima del cáncer, sus últimos meses los vivió en el Hogar Sacerdotal dedicado a expresar sus vivencias en escritos, pinturas y charlas con amigos. Murió el 4 de setiembre de 1992 y sus restos fueron transportados por un carrito de clasificadores de desechos hasta el Cementerio del Norte.
10 años después de su muerte, la urna con sus restos fue llevada en procesión por los clasificadores de residuos por distintos barrios pobres de Montevideo hasta la parroquia de Possolo donde trabajó.
Unos días después el parlamento uruguayo le rindió homenaje.
Siento la imperiosa necesidad de ir a vivir en un barrio de pobres y hacerlo como lo hacen ellos.
Isidro Alonso "Padre Cacho"